La falda para hombres: Más que moda, una declaración de estilo y personalidad

La moda masculina está experimentando una evolución audaz, donde la falda se está convirtiendo en una prenda cada vez más común entre los hombres alrededor del mundo. Celebridades como Brad Pitt y estrellas de la música como Lil Nas X y J Balvin han sido vistos luciendo faldas en eventos de alto perfil, demostrando que las barreras de género en la moda están siendo derribadas. Esta tendencia no solo refleja un cambio en la percepción de la moda «gender fluid», sino que también resalta un retorno a vestimentas tradicionales de diversas culturas globales donde la falda masculina es habitual.

En Escocia, Irlanda y la cultura británica, la falda no es una novedad. Ejemplo de esto es el Rey Carlos III, quien recientemente fue visto llevando una con total naturalidad. Sin embargo, en la mayoría de la cultura occidental contemporánea, la inclusión de la falda en el guardarropa masculino aún parece una novedad, relegada a menudo a las pasarelas de diseñadores vanguardistas como Alexander McQueen y Thom Browne.

El asesor de imagen Fernando Delfino comenta que usar falda requiere de una personalidad audaz y una clara conciencia de la ocasión adecuada para llevarla. «Lo importante es no tener prejuicios y saber portarla con la actitud apropiada,» dice Delfino, resaltando que a pesar de no ser una prenda común en las tiendas fast fashion, su uso podría incrementarse gracias a las celebridades que las popularizan.

Gianfranco Berardinelli, editor de moda, aporta consejos prácticos sobre cómo incorporar la falda al estilo masculino. «El largo y el tipo de falda pueden variar ampliamente, desde plisadas hasta lisas y con estampados clásicos como el tartán,» explica Berardinelli. En cuanto al calzado, las opciones son igualmente variadas, desde zapatillas deportivas hasta botas militares, dependiendo del estilo personal.

La popularidad de las faldas para hombres en las calles de las capitales de la moda mundial, como Milán, muestra que la prenda puede ser tanto un símbolo de rebeldía como de elegancia. Es una manera de desafiar las normas establecidas y de expresar individualidad y confort.

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